En un tiempo de ruidos ensordecedores, siempre con prisas y a la carrera creo que también existe tiempo para la calma, el silencio y poder reposar las cosas y las ideas. Todo esto viene a colación por el reciente visionado que tuve oportunidad de ver de la sensación de la temporada en el mundo cinematográfico. Estoy hablando de la película francesa "The Artist" que fue el último largometraje de esta temporada en el cine club de la ciudad de Badajoz, todo ello a cargo de la Concejalía de Cultura.
No
hacen falta grandes medios, explosiones o efecto especiales, a veces
simplemente una historia sencilla nos puede cautivar. Todo ello
inclusive estando rodada en blanco y negro y siendo una película
muda, como si volviéramos a los orígenes. En este caso a los
orígenes del cine y la forma de rodar donde primaba la imagen, a
falta de la llegada del cine sonoro, y donde los únicos sonidos
aparte de los efectos sonoros de lo mas rudimentarios eras los que
provenían en muchas ocasiones de la música que solía acompañar a
los largometrajes en su proyección. Salas de cine con una
pequeña orquesta o simplemente con algo mas sencillo, un piano.
Mucho
de esto se perdió con el paso del cine silente al cine sonoro ya de
forma formal en 1927 con la película mas representativa: "El
cantante de jazz". Fue toda una revolución y una forma distinta
de rodar películas. Uno de los grandes perjudicados por este
progreso imparable fueron sin duda muchos actores que no quisieron o
supieron adaptar sus voces en las pruebas sonoras que todo actor tuvo
que hacer, una nueva forma de hacer cine. Todo esto ya se mostró en otra película, la genial "Cantando bajo la lluvia".
Mucho
de esto es lo que nos encontramos en "The Artist" del
director "Michel Hazanavicius", historia que tiene lugar en
pleno Hollywood, entre los años 1927-1932, y donde veremos la
relación de una gran estrella del cine mudo y una emergente joven
actriz cuando el cine mudo paso de moda y emergió con gran fuerza el
cine sonoro. Esta gran estrella del cine mudo es "George
Valentin", el actor francés "Jean Dujardin", que
plasma de forma excelente ese paso de ser una estrella en el cine
mudo a ser simplemente una estrella olvidada y que vive de sus recuerdos y sus viejas películas en la década de los años
30. Genial su interpretación sólo basada en su expresión corporal,
sus gestos faciales pero eso si sin caer en nada caricaturesco. Y
mientras unos caen otros emergen como la nueva estrella del cine
"Peppy Miller", la actriz Berenice Trejo, que admira a esa
estrella caída pero que quiere seguir su propio camino hacía el éxito. Buen papel
de la actriz franco-argentina, con una gran química existente entre los dos actores
protagonistas. Otro "pequeño" protagonista es el perro del
actor principal que en ciertas escenas le llega incluso a robar algo de
protagonismo.
Y
sin duda un gran aliciente, siendo una película muda salvo algunos
sonidos, es la música que nos acompaña a lo largo de todo el
metraje. Buena banda sonora que corre a cargo del compositor francés Ludovic Bource, gran
parte de los temas son instrumentales, incluso uno de ellos proviene
de la película "Vértigo" que compusiera "Bernard
Hermann" para "Alfred Hitchcock".
En
definitiva un largometraje
arriesgado para
los tiempos
que corren
pero que te
deja una
agradable sensación al
termina de
verlo.
Como curiosidad comentar
que ganó
cinco Oscars,
entre ellos
a
la mejor película,
director y actor protagonista y
que ha
sido la
primera película muda
en
ganar la estatuilla desde
"Alas"
(1927).